El museo como agente de cambio

Al igual que Ulises, Mateo, Pamela, Tobías y Franco; Daniela,  Maribel, Franco y Santiago son alumnos de la carrera de Licenciatura en Ciencias de la Educación (UNS). En  2019, como parte de la materia Taller integrador I: Problemática Educativa Contemporánea, eligieron a 2 Museos para realizar su trabajo de campo. Durante septiembre y octubre visitaron 2 Museos, participaron de las actividades, fueron con el equipo al trabajo en territorio, hicieron entrevistas y observaron la dinámica de 2 Museos.
El informe presentado a la cátedra llevó por título El museo como agente de cambio”. La experiencia personal de estos cuatro estudiantes quedó reflejada en uno de los anexos. Sus apreciaciones personales es lo que les presentamos.

 

 

Daniela torres

Considero a mi experiencia de trabajo de campo llevada a cabo en el 2 Museos desde un aspecto significante, atravesada por combinaciones de sentimientos internos sensoriales y afectivos, como mi amor por el arte. Fue como un sumergimiento perceptivo a través del descubrimiento y la interpretación; junto con la observación, que me resultaron claves para recopilar datos empíricos y cualitativos durante todo mi paso por dicho espacio.

Esta experiencia vivencial a nivel personal me permitió posicionarme desde otra perspectiva en el espacio (con esto recuerdo el texto de Almegueiras cuando hacía mención al posicionamiento de los individuos en el campo de investigación etnográfica). Cuando digo desde otra perspectiva hablo específicamente desde el lado de los contextos como pueden ser lo arquitectónico-físico, lo social, y el contexto personal que influyeron positivamente durante los encuentros pactados.

Yo no conocía el MAC, y solo lo apreciaba por su belleza externa. De manera que, el 30/9 cuando se dio inicio al trabajo de campo recuerdo que al ingresar por primera vez, todo me llamaba la atención, todo lo que se encontraba a mi alrededor. Cuando entré al museo esos interrogantes situados en la pared y en la parte superior de la misma dejaban volar mi imaginación, buscando una respuesta única a nivel personal, pero no existe una respuesta única, ya que el rol que esas preguntas ubicadas en la pared eran precisamente supongo que para dejar volar la imaginación de uno mismo y construir principios de donde surgen respuestas. A todo esto el interrogante que más me dejó pensando detenidamente fue aquel que expresaba: “¿hasta donde llega un museo?”.

Claramente ese día luego de salir del museo me dirigí a mi casa y le comenté a mi familia que bonito era el museo, y como había pasado mi día en la institución municipal. Entonces para mi el museo llegó hasta mi hogar porque compartir lo que hice tal día y los demás días, fue trascendente.

Justamente en el instante de realizar las entrevistas correspondientes, remití a mi importancia sobre algunas bibliografías trabajadas a lo largo del cursado, en este caso fueron en primer lugar el fragmento de Galeano presente en el trabajo práctico 1. En palabras breves, ese fragmento era el que trataba de esa curiosidad y cuestionamiento que se le hace a un hombre para comprender porque cumplía un rol asignado.  Eso se me vino a la mente al momento de indagar a Christian y a Daniel, ya que uno de los intereses para interrogar era saber como llegaron a su puesto de trabajo, su rol dentro del espacio, etc. También en esa ocasión de la reunión, hice un recorrido intelectual por aquellos autores vistos como Freire y Tamarit del principio de la materia y los puse en práctica. En la manera en que Paulo Freire me ayudó a comprender que la curiosidad y la indagación pueden tener un carácter trasformador generando la posibilidad de percibir algo diferente a lo naturalizado, y a su vez recuperado a Tamarit asimilé que mediante la exploración de datos o curiosidad por descubrir dentro del museo en este caso, se nutre el conocimiento científico haciendo que la experiencia cotidiana adquiera una particularidad principal en el conocimiento.

Volviendo a mi experiencia en el determinado lugar entiendo de que la socialización con los referentes me permitió esclarecer esas curiosidades previamente mencionadas, a través de la socialización con ellos, la indagación,  desde una mirada crítica de la realidad, como cuando en el transcurso de la entrevista mencionaban lo de Envión que tiene un vinculo con el museo, entre otras cuestiones que prácticamente a nivel personal yo desconocía de forma total que comprendí que la realidad solo puede responder si se interroga, puesto que es de suma importancia tomar un poco un posicionamiento o punto de vista crítico ante la realidad en la que se vive o simplemente aquellas realidades desconocidas a mi parecer desde la reflexión.

Para finalizar este relato sobre mi experiencia en el Museo, me parece oportuno destacar la cordialidad de las personas que desempeñan su labor, la amabilidad fue sumamente grata y estoy muy contenta de haber formado este grupo maravilloso con mis compañeros a pasar de no haber trabajo nunca con ellos, y fue la primera vez que trabajamos juntos en esta oportunidad que fue el trabajo de campo.

Maribel Aguirre

Realizar este trabajo de campo me movilizó desde muchos aspectos en lo personal.

En primer lugar ingresar al museo no fue algo nuevo para mí, como tampoco saber del trabajo que realiza con respecto a la sociedad, ni de su visión “moderna” sobre de lo que debe ser un museo. Claro está que el hecho de que no sea algo nuevo para mí no significa que no me movilice.

Por una parte fue significativo, porque me mueve por dentro, me sacude el piso y de alguna forma me hace despertar y salir de la burbuja

Ahí me mostraron todas las dificultades diarias del museo y todo lo que trabajan para poder mantenerlo; y al mismo tiempo me mostraron que aunque sus condiciones son malas, hay personas que viven en peores condiciones día a día. Es justamente por esto que ellos deciden intervenir, y aunque quizás para los que estamos del lado de afuera de esas rejas gigantes no es significativo, para el que nunca tuvo la posibilidad de cruzarlas, si lo es.

Creo que si antes de este trabajo me decían que el museo funcionaba como transformador social, no sé si me lo creía. Hoy en día voy a ser yo quien vaya con esta afirmación por mi vida.

Como decía antes, ver el museo trabajando para hacer, aunque sea un poquito, más llevadera la vida de los sectores más vulnerados de la ciudad me hizo explotar la burbuja. Me hizo recordar las tardes en el barrio, las meriendas con los chicos, las charlas con las madres y las noches enteras de llanto por no poder hacerles la vida más fácil.

Quienes hemos pisado, en algún momento de nuestras vidas, los barrios, con sentimiento de militancia y ganas de cambiar el mundo, sabemos lo complicado que es, el tiempo que lleva y por sobre todo sabemos que el mundo no vamos a cambiar seguro, pero si sabemos que por lo menos le sacudimos el polvo a la vida de estas pocas personas que, además, se llevan una partecita de nuestro corazón.

Son personas que quizás ni soñaban con el agua potable hasta que llega algún grupo de militancia a su barrio, o que, en el caso del trabajo con el museo, ni se les ocurría que ellos podían hacer teatro, o tener una radio, o incluso hacer un videojuego. Gente que trabajando con el museo pudieron aprender a expresarse, a manifestar sus sentimientos o simplemente descubrir un mundo de arte que no conocían.

Y entonces vuelvo, regreso a las tardes al rayo del sol buscando un arbolito o la sombra de una chapa, recuerdo las noches de choripán y cumbia, donde todo es risa. Pero también retorno a los días de lluvia torrencial, sacando el agua de las casas con lo que encontráramos, mientras los más chicos jugaban en los charcos con agua que les llegaba al ombligo. Y pienso… ¿Cómo te absorbe la universidad, no? Pero claro… no es solo la universidad, es la terapia, es la casa, son los impuestos, es el trabajo, es la rutina. ¿Y entonces? ¿Quién me sacude la tierra a mí? Y ahí es donde vuelvo al museo. Éste fue quien me despertó, me movilizo y me exploto la burbuja. ¿Quién lo diría, no? Un museo haciéndome acordar que tengo que activar, que hay gente que la pasa mal y que un simple mate o una charla con alguien les puede cambiar el día.

Me costó mucho este trabajo: muchas emociones, mucho tiempo y muchísimas letras.

En el transcurso de este trabajo lloré, me enoje con mis compañeros, con Christian, con la universidad, con los profesores, con todo el mundo básicamente. Pero en mi cabeza pensaba, no sé, Christian, ¿Cómo nos iba a dejar plantados tres veces? Era una locura… ahora que lo miro de otra forma un poco lo entiendo, no se puede estar en todo. Pero también me reí viendo intervenciones en el patio del museo, me deslumbre con los talleres y me “volé” la cabeza con las obras expuestas y guardadas. Realmente el museo me mueve por dentro, me sacude la cabeza y me grita ¡DESPERTATE! Hay un mundo de cosas que nos estamos perdiendo sin saberlo.

Horas adentro del museo haciendo entrevistas, viendo, averiguando, observando desde el techo hasta el piso, todo contiene información que puede servir. Entonces después, con el grupo, estamos más horas desgrabando las entrevistas, buscando información por internet, preguntándoles a nuestros conocidos si saben algo del lugar, pensando en que nos vamos a centrar para el trabajo, debatiendo con los compañeros e infinidades de muchas cosas más.

Pero si me preguntan a mi ¿Qué fue lo más difícil?, sin dudas diría que escribir.

Llegar a mi casa con toda la información en la cabeza, sentír que la cabeza me explotaba, tener todo preparado y al momento de sentarme en la computadora a escribir ¡PAF! Me quedaba en blanco. Entonces pensaba ¿Y ahora? Miraba el techo, el patio, las plantas, prepaba el mate, y de repente escribía una palabra… y escribía una, y dos y quince, y cuando me percataba medio trabajo escrito. Qué alivio, ¿no?

En ese momento me sentía relajada, escribía y escribía sucesivamente.

Y para cuando me daba cuenta estaba súper contenta y emocionada plasmando todo lo que tenía para aportar al trabajo de investigación.

Y otra vez un problema, ¿Cómo medir? Si tengo que escribir 15 páginas y llevo 20 y no termine.

Al fin y al cabo siempre hay inconvenientes ja!

La cuestión es aprender a no enojarnos, a no molestarnos y por sobre todo no abatatarnos.

Plasmo esta reflexión aquí al final porque creo que fue la mayor enseñanza que me dejo este trabajo.

El museo me movilizo y me emocionó y me despertó, pero el realizar este trabajo, la experiencia grupal y de investigación fue la que realmente me dejo un aprendizaje.

Franco Pazos

Es dificil a veces hacer un recorrido de lo que paso a lo largo de un mes, elegir un enfoque al hablar y saber plasmar en un papel las vivencias que se dan lugar en el aspecto subjetivo al hablar de un trabajo etnografico.

El TP evaluativo anterior a la toma de contacto me daba seguridad en cuanto a lo teorico, sabia sobre los contenidos trabajados a lo largo del año y creia que podia aplicarlos, por haber producido los trabajos practicos y haberlo plasmado en ese trabajo evaluativo. Lamentablemente al llegar al campo me di cuenta de que una cosa era “producir contenido” hablando sobre los textos leídos o plantear una visión critica de los autores y otra muy diferente era aplicarlo a una situación real, palpable.

Si tengo que describir la primer parte del trabajo practico la palabra correcta seria confusa, no sabia que datos tomar, que preguntas eran las correctas porque no sabia cual era el objetivo que tenia. Un cambio fundamental fue cuando en consulta nos dijeron que no hagamos un trabajo deductivo a partir de la teoría. Ahí entendí que lo que tenia que hacer era dejarme atravesar por la experiencia, entender cuales eran los sentidos propios de los actores, las problemáticas y mas allá de mis dudas comprometerme con el trabajo realizado en campo. A partir de este cambio fue que las dudas se convirtieron en certezas y empece a vislumbrar que era lo que quería hacer con el espacio que me brindaba 2museos. Si hay algo que me facilito el mimetizarme con la institución fue la forma en que nos abrieron las puertas y como siempre se prestaron a resolver todas nuestras incógnitas. A partir de sentirme parte de lo que transcurría en la institución y al ver como había un esfuerzo de personas reales, tratando de hacer un cambio social fue que pude entender desde donde me paraba y hacia donde quería ir. Recién en esta instancia fue que volvió la claridad en cuanto a los contenidos, cuando pude tomar una posición y definir un enfoque fue cuando todo el conocimiento fue “cuajando” con la realidad ayudándome de herramienta.

Me gusta hacer la comparativa de que los textos que leímos antes son como una caja de herramientas y que con ellas podía resolver los problemas o dudas que se iban presentando a lo largo del trabajo etnografico.

Otra dificultad que no dimensionaba hasta poner manos a la obra y que no tiene que ver con la dimensión teórica es la de el trato humano, una cosa muy diferente es sentarte con los textos a leerlos y a producir posteriormente aislado de la realidad a tratar con personas de carne y hueso, no solo en la institución, que como recalque antes abrieron todas las puertas sino también con compañeros de trabajo, realmente es un desafío en partes ponerse de acuerdo a la hora de trabajar, aunar horarios, en lo personal yo trabajo y estudio, otros compañeros realizan mas de una carrera a la vez, y así todos teníamos una dificultad a la hora de poner horarios, que ademas debíamos adecuar a los horarios propuestos por la institución que eran los mas importantes a respetar. El lograr aunar criterios de trabajo, visiones y formas fue una experiencia a la que difícil enriquecedora, creo que tener cuatro visiones diferentes sobre lo que queríamos plasmar termino por enriquecer el producto final, el debate fue una pieza clave para definir lo que se iba a realizar y a su vez no solo tomar en cuenta tener la vision emic de los actores del museo sino ser democrático y poder colocar en el trabajo una parte de cada una de las cuatro visiones del museo fue un desafío. Creo que esta experiencia cambio mi forma de ver a la etnografia, me encanto la idea de la etnografia en la educación planteada por autores en otra materia “perspectivas antropológicas de la educación” pero no llegaba a dimensionar lo que es un enfoque etnografico, y el trabajo que hay detrás para que eso no sean meras palabras. Creo que al nivel personal y subjetivo fue una experiencia transformadora que a su vez me cambio totalmente la concepción de lo que es un museo, pero a la vez comprendí lo que me falta como profesional para poder llegar a producir contenido intelectual o investigar problemáticas. Se pueden tener una caja de herramientas teórica muy amplia pero si no me perfecciono como investigador y tomo esto como solo el primer paso en un largo camino creo que no llegaría a buen puerto. Me sirvió no solo para crecer sino para darme cuenta de lo que me falta aun por crecer y que va a ser un camino bello pero a la vez difícil.

Santiago Michieletto

Se hace difícil poder expresar lo que este trabajo significo, ya sea tanto por la relación formada con el  museo como también con mis compañeros.

Hablar de la internalización que tuve que realizar en un lugar del que tan poco sabía a nivel cultural como social ya que nunca había comprendido que significaba un museo para las personas a nivel individual como también para la sociedad.

Desde un principio y hasta el final del trabajo pude ir comprendiendo de a poco todo lo que el museo representa y realiza en sus instalaciones y fuera de ellas. Poder reconocer éste lugar como algo más que un lugar que encierra arte sino como un lugar de enseñanza para todos.

La primera vez que fui al museo, que fue el primer día que nos citaron allí, fue también la primera vez que conocí a algunos de mis compañeros con el que compartiría esta pequeña etapa. Cuando entramos al museo fue algo extraño al principio ya que además de ser un lugar al que nunca había estado, no es algo que de por sí me llame mucho la atención pero de a poco con ayuda del encargado del museo Christian que nos informaba sobre todo lo que sucedía en general allí comencé a sentirme más cómodo. La cantidad de información que brindaba el museo solo con el simple hecho de caminar por él era increíble y hasta te hace repensar algunas ideas simples como el hecho de hasta dónde puede llegar tu imaginación.

Lo más complicado fue, como creo que también le paso a mis compañeros, poder comenzar el trabajo. Yo pensaba que por haber aprobado todos los trabajos anteriores y tener un conocimiento de casi todos los temas vistos en la asignatura podría realizar el trabajo sin problemas, pero no fue así. Gracias a los profesores que nos guiaban en las clases de consulta como también a veces dentro del museo, me hicieron entender que tenía que soltar un poco la teoría para poder ver la realidad del trabajo de campo entonces empecé a comprender de a poco el modo de estudio y trabajo.

Desde las charlas y entrevistas realizadas a empleados de la institución como también las visitas que hicimos a las distintas actividades que se realizan en tal lugar pude empezar a recolectar información que no sabía siquiera si estaba bien pero, como ya dije anteriormente, me sirvieron para comprender el trabajo de campo y que significaba.

Recuerdo cuando visitamos el museo en el Día Internacional de la Salud Mental, ya que se realizaba una seria de actividades que nos llamaron mucho la atención, se realizó a partir de las 10hs hasta las 16hs. Fue nuestra primera visita y significo mucho para entender las dimensiones que el museo manejaba a nivel sociedad, ya que mucha gente dependía de él. No solo observamos, sino que también fuimos incluidos en las actividades al poder participar de ellas y dar nuestra opinión al respecto a los encargados que nos consultaron.

A medida que los días pasaban y teníamos que ir formulando nuestro trabajo, la información recaudada por todos era distinta pero no quería decir que era errada. El saber que todos le dimos una visión distinta al mismo lugar me deja pensando en lo que el Museo representa para cada una de las persona.

Gracias a este trabajo pude cambiar mi forma de pensar acerca de los museos y/o cualquier centro cultural. Estos museos rompen con el estereotipo clásico que se tiene cuando se habla de un museo, en el cual se suele representar a un lugar en donde solo se muestran obras de arte.

Pero la única forma de darse cuenta de todo lo que es el Museo es en sí y ofrece al público es acercándose a él, preguntar e informarse. Aquí es donde aparece para mí el principal problema de este maravilloso lugar, su falta de divulgación a nivel ciudad. Poca gente sabe de su existencia y lo que ofrece, ojalá más adelante puedan revertir esta situación.

Para finalizar dar gracias a toda la Institución del Museo por su muy buena cooperación y predisposición, pero más que nada a mis compañeros que apenas conocí hace un par de semanas y espero poder seguir viéndonos en años posteriores.

 

  • La ilustración es de Ulises Aparicio.
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