La Bienal 2021 se gesta y sucede en contexto de pandemia. Si bien los protocolos actuales permiten comenzar a habitar nuevamente los espacios, el alerta y cuidado continúan presentes. Durante 2020 no hubo actividad en los museos, esto nos impidió realizar al Bienal 2020. En su lugar, este año llevamos a cabo el Salón Bienal, en sintonía con los 90 años del Bellas Artes y la presente Bienal 2021.
Particularmente, este evento ha sufrido ciertas transformaciones, tanto para los artistas seleccionados como para la institución. Las actuales medidas sanitarias y sociales repercuten en la organización, esto incluye fechas, reestructuración de desarrollo de proyectos, participación escalonada e incluso la posibilidad de futuros cambios o modificaciones. Una Bienal abierta y desafiante en todos sus parámetros.
La Bienal 2021 es un programa de ayuda a la producción y difusión de las prácticas culturales contemporáneas que busca fortalecer el contexto cultural de Bahía Blanca. El fin es la producción de proyectos experimentales e innovadores que desarrollen, investiguen, aborden y problematicen sobre alguna cuestión específica de la ciudad. Constituye, además, una invitación a profundizar las relaciones entre la actividad cultural, el pensamiento crítico y la participación social dentro de la ciudad.
JURADOS
Este año, el jurado estuvo integrado por Valeria Semilla – Jefa de Patrimonio del Museo de Arte Moderno Buenos Aires; Daniel Besoytaorube – Director del Museo MAR y Yanina Bossus en equipo con Nadia Insaurralde – del Departamento Colección en Museo Castagnino + Macro.
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La convocatoria recibió un total de 171 proyectos de variadas procedencias, las cuales fueron Buenos Aires, Mendoza, Misiones, Córdoba, Santa Fe, incluso propuestas de países latinoamericanos y extranjeros como Colombia, Brasil, Francia e Inglaterra. El jurado seleccionó 5 proyectos y se otorgó un monto de $80.000 para cada uno.
Los proyectos son: Broda/Sista de Agustina Arias y Para abolir las tinieblas de Alicia Antich ambas bahienses, Desplegar el Horizonte de Santiago Canción de CABA, Materiales para la de-construcción del grupo platense conformado por Juan Pablo Pettoruti, Rosario Alfaro y Julián Oroz y Cada día de Ursula Tauz de Rio de Janeiro, Brasil.
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La Bienal 2021 se ve atravesada por un primer y significativo eje territorial, las obras son acciones que los artistas llevan a cabo en las calles de Bahía Blanca. El período de montaje abierto es el momento elegido para que las activaciones sucedan.
Los artistas en sus investigaciones proponen el ejercicio de reimaginar el presente. Antich y Arias, proponen iluminar el espacio público y alumbrar con registros sonoros el trabajo de jóvenes raperas bahienses. Los proyectos de Pettoruti y Canción transitan la ciudad e involucran actores culturales bahienses, lo que les da a sus propuestas un anclaje y resignificación local, sumando y extendiendo activaciones posteriores a la inauguración. La participación escalonada -debido a las restricciones por covid19- de la artista Úrsula Tauz nos propone el acto ritual de repartir y dar pan, registrando las palabras que de ese momento surjan.
El eje territorial, deviene en la particularidad de la exposición en sala, con registros de las performances y activaciones que los artistas realizaron en la ciudad. Los visitantes recorrerán un muestrario de videos, QR y audios de lo realizado en campo. La selección del jurado, nos presenta de esta manera distintas posibilidades de entender los proyectos más allá del espacio expositivo, pensando en las prácticas artísticas como un espacio vivo, donde las cosas suceden y donde, en lugar de fijar el significado de las palabras y las acciones, éstas se mantienen abiertas a la discusión y la transformación.
La Bienal 2021 nos presenta propuestas fruto del contexto ¿post? pandemia, donde queda en evidencia hacia donde muta lo contemporáneo, en un momento de reformulación y reconstrucción de los lazos sociales.
Transversalmente el tiempo y el espacio, variantes estrellas de nuestra era no quedan fuera. Los proyectos se desarrollan entre lo presencial, lo vivencial y lo virtual. Transversalmente el desafío de un relato abierto a lo concreto, a una Bienal que está a punto de suceder.
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Texto
Carolina Balquinto
