León Ferrari (Buenos Aires, 1920 – 2013)
S/T
70 x 100 cm
Caligrafía
Donación del artista a partir de la muestra individual realizada en el Museo de Bellas Artes en 1999.
León Ferrari (Buenos Aires, 1920 – 2013) de muy joven comenzó a pintar y dibujar ocasionalmente. En los años cincuenta empezó a trabajar en escultura con diversos materiales: cerámica, yeso, cemento, madera y alambre. En 1955 realizó su primera exhibición individual en Milán, Italia. Entre su importante producción artística se destaca la obra “La civilización occidental y cristiana” (1965), un Cristo de santería crucificado sobre la maqueta de un avión de guerra estadounidense, pieza paradigmática dentro de las relaciones entre el arte y la política durante el siglo XX. En 1976 se exilió en San Pablo, Brasil. Allí se vinculó con artistas brasileños con los que trabajó en diversas técnicas: arte postal, litografía, videotexto, libro de artistas, entre otras. En los años ochenta realizó una serie de heliografías de planos y desarrolló un grupo de instrumentos musicales que usó en varias performances. En 1983 retomó los temas más relacionados con lo político y con la crítica a las instituciones religiosas, y desarrolló piezas en collage o ilustraciones de la Biblia, en los que sumó iconografía católica, erótica oriental junto a imágenes contemporáneas.
Participó en la Bienal de San Pablo, Brasil, en 2006. En 2007 expuso en la Documenta 12, de Kassel, Alemania; en la 6ta Bienal del Mercosur, en Porto Alegre, Brasil y en la 52º Bienal de Venecia, Italia, donde obtuvo el León de Oro.
Sobre la obra
A través de la escritura, Ferrari, construye una mirada aguda sobre la realidad; en sus cuadros escritos realiza una crítica a las instituciones, a la intolerancia y a la violencia, y a su vez nos describe una obra propia. Se destaca, por el uso de la imprenta mayúscula, la palabra ESMA, haciendo referencia a uno de los temas vectores presentes en la obra de Ferrari: la denuncia del terrorismo de estado y genocidio perpetrado durante la última dictadura en Argentina. La caligrafía incomoda, no se deja leer fácilmente, implica un esfuerzo de quien intente conocer qué escribió el artista. Ferrari trabaja con la representación de la palabra, muchas veces sin que esta esté realmente presente, utilizando sólo la gráfica. Esa incomodidad es la misma que se traslada a la mayoría de sus obras. Mensajes disruptivos, en su mayoría sobre nuestra historia reciente, enfocando siempre su trabajo en la relación entre el arte y la política.
Carolina Montero
