Desde la historia social del arte el contexto no es el telón de fondo del escenario artístico, sino que determina el ambiente más cercano sobre el cual se despliegan los actores. Ese contexto se vuelve fundamental ya que es el “horizonte de expectativas” que interviene directamente en el campo artístico. Teniendo en cuenta este enfoque, en esta rotación proponemos una primera aproximación a la historia del Museo Municipal de Bellas Artes durante el período más dramático de nuestra historia nacional.
Lo acontecido en el Museo por estos años aún es un relato por reconstruir (como gran parte de su historia). Por empezar, la historia institucional señala que Alberto Obiol estuvo a cargo de la dirección durante este período. Sin embargo, Obiol en esa época era director de Cultura, es decir que el Museo estaba bajo su injerencia pero no directamente.
Sabemos que durante el gobierno de facto las instituciones artísticas fueron intervenidas y vigiladas, como todos los espacios culturales y educativos, en nombre del “Proceso de Reorganización Nacional” (1). Esto, sumando a la persecución, detención y desaparición de artistas, docentes y referentes de la cultura, terminó por derribar la idea de un museo como espacio de discusión, reflexión y actualización artística que venía forjándose en los períodos anteriores.
Si bien las trayectorias de varios de los y las artistas que se exhiben en esta rotación nos son conocidas de manera incompleta o desconocidas totalmente, no podemos desvincular sus prácticas y trabajos de este trágico contexto. A través de obras como Una mujer, un gato (1979) de Aurelio Friedrich, El monte de los signos (1980), de Alejandro Fogel, podemos obtener una (limitada) aproximación a representaciones que evocan el clima de censura, de violencia y de terror que se vivía por esos años. En este sentido, las biografías y las obras de Rafael Martín y de Raquel Partnoy Schojn fueron las más visitadas por las investigaciones relacionadas al campo artístico local bajo dictadura. De esto último se desprende que no solo se hace necesario conocer la historia del Museo Municipal de Bellas Artes, también es imperioso iluminar las historias de los sujetos que habitan la colección y que aún tienen mucho por decirnos.
(1) La ESAV, por ejemplo, en 1976 fue intervenida por 60 días por disposición de Jorge López Anaya, interventor a cargo de la Dirección Provincial de Enseñanza Artística, entre otros espacios. Al año siguiente se suspendieron las actividades de la Escuela de Teatro y de Artes Visuales hasta el año 1978. Ver: Rodríguez, Laura Graciela (2010), La educación artística y la política cultural durante la última dictadura militar en Argentina (1976-1983) en Memoria Académica, p. 66. Disponible en: http://www.memoria.fahce.unlp.edu.ar/art_revistas/pr.9186/pr.9186.pdf
Patricia Basualdo