Hace algún tiempo 2 museos sostiene un idea fuerza: “los museos no son neutrales”. Es decir cada acción, cada intervención, cada proyecto, en lo que enuncia, evoca, dice, sugiere, o deja de decir, hay una posición política. Un posicionamiento crítico frente a la coyuntura, la historia y el futuro.

Ahora bien. Este enunciado se puede replicar y expandir a muchísimos museos e instituciones. Después de la nueva museología y la museología crítica podría pensarse que las ideas modernas de museo quedaron en un pasado bastante remoto. Como siempre por supuesto nuevas realidades, nuevos problemas. En el giro necesario de los museos para pensar otros modos la participación de los públicos, acercarse a las comunidades cercanas, incluir colectivos, minorías, disidencias, asumir la perspectiva de género, también se generan zonas de confort. Mandatos progresistas.

 

Este progresismo cultural (y su necesaria fuerza disruptiva) corre también el riesgo de cristalizarse, perder energía instituyente, volverse una copia de sí mismo al punto de convertirse en certificado de participación de congresos, concursos, y subsidios de entre otras, fundaciones de dudosa financiación. Como sea. Creemos que un museo no neutral debe asumir contradicciones. Poder trabajar con diversos públicos y sus distintas realidades al mismo tiempo.

2 museos hace un tiempo tomó el desafío de trabajar con diversos territorios y públicos, romper cierto monopolio simbólico de “los artistas” en la institución. Claro que una cosa no es excluyente de la otra. De lo que se trata es de ampliar y expandir, acercarse a lo “popular” en términos brechtianos: una fuerza dinámica y escurridiza.

En ese sentido se trabaja (hoy de manera remota) en un proyecto de muestra colectiva en torno a Derechos Humanos. Ese colectivo está compuesto por algunas sedes de Envión, Hogares proteccionales para adolescentes, Escuelas medias de la UNS, y una escuela privada de formación católica. Realidades diversas que convergen en un proyecto de equilibrio tenso. El desafío de asumir esas realidades y articularlas en las diferencias de condiciones materiales e ideológicas es un problema y un desafío. Bienvenido el problema.

 

Leandro Beier